El lanzamiento del satélite «Glory» acaba en desastre

La sonda, que iba a estudiar el cambio climático, no se ha despegado de su cohete y ha sido incapaz de alcanzar la órbita


El lanzamiento del satélite «Glory» para la observación del Sol y su influencia en los cambios climáticos de la Tierra ha terminado en desastre. Pocos minutos después del despegue desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea en California (EE.UU.), la NASA reconocía que, a causa de un fallo, el satélite no se ha separado del cohete, por lo que no tendrá la velocidad suficiente para alcanzar la órbita correcta desde la que debía escanear toda la superficie de la Tierra. Los más de 400 millones de dólares que costaba el «Glory» se han perdido y, con ellos, el desarrollo de una importante investigación.

AFP. El satélite «Glory», alojado 
sobre el cohete Taurus XL
El satélite fue lanzado a las 11.09 (hora peninsular española) a bordo de un cohete Taurus XL, pero pronto se desaceleró. La sonda no se separó a los tres minutos, como estaba previsto, y no alcanzó la órbita. El lanzamiento del satélite ya había sido aplazado en dos ocasiones por dificultades técnicas que afectaron a una consola de control en el cohete de cuatro etapas, responsable de transportar el satélite. Además, el carenado, que trabaja en la puesta en marcha y protege las naves espaciales durante el ascenso, se sometió a un rediseño después de un fallo similar hace dos años. El nuevo sistema ha sido utilizado con éxito en otro vehículo de lanzamiento orbital en varias ocasiones, según explica la NASA en un comunicado.

El objetivo de «Glory» era estudiar la influencia del Sol y de las partículas en la atmósfera sobre el cambio climático de la Tierra. La misión debía proporcionar datos de alta precisión sobre las partículas atmosféricas conocidas como aerosoles y la radiación solar, que servirían para la elaboración de modelos y el pronóstico de cambios en el clima de la Tierra. De esta forma, el «Glory» debía incorporarse al programa «A-Train», compuesto por el conjunto de satélites de observación de la Tierra que ya están en órbita y que investigan las variables que afectan al clima.
Medir la energía del Sol

El artefacto espacial, del tamaño de un refrigerador, está equipado con un instrumento capaz de medir las sutiles fluctuaciones de la energía emitida por el Sol. Los aerosoles y la energía solar afectan al balance energético del planeta, ya que influyen tanto en la cantidad de energía que entra como la que sale de la atmósfera terrestre. La medición precisa de estos impactos es importante para anticipar los cambios en el clima de la Tierra y cómo pueden afectar la vida humana. Las partículas son lo suficientemente pequeñas como para flotar en la atmósfera de la Tierra y afectan las condiciones meteorológicas ya sea por la luz solar que absorben o porque la reflejan.

El satélite ha sido construido por la compañía Orbital Sciences, situada en Dulles (Virginia), que ha dado servicios de asistencia al Centro Kennedy con el cohete en cuatro etapas Taurus XL.

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