Podría haber salido de los laboratorios de Q, el ingeniero que equipaba a 007 con los mejores artilugios, pero es idea de la empresa suiza SenseFly. Swinglet Cam es un avión autónomo que puede controlarse de forma remota desde un ordenador y que toma fotografías del área que sobrevuela. Es ligero, fácil de transportar y aguanta en al aire 30 minutos antes de tener que volver a tierra para un cambio de baterías.
SenseFly lo ha diseñado pensando en aplicaciones de seguridad, control de cultivos o cartografía de terrenos. Se mueve de forma autónoma siguiendo unos puntos GPS predefinidos que pueden variarse desde el equipo de control siempre que el aparato se encuentre a menos de dos kilómetros de emisor de radio. También puede manejarse desde un mando similar al de un avión de radiocontrol.
Con la batería cargada al completo tiene un alcance máximo de 20 kilómetros y la cámara integrada toma fotografías de 12 megapíxeles que un software específico se encarga luego de unir en una única instantánea de alta resolución. Las únicas limitaciones, además de la autonomía, son su la tolerancia al viento (es incapaz de volar con rachas superiores a 25 kilómetros por hora) y que por ahora sólo toma fotografías. Ni graba vídeo ni es capaz de transmitir en tiempo real el vídeo al ordenador que lo controla.
Tentador, sin duda, ahora que la Navidad está a la vuelta de la esquina pero antes de añadirlo a su lista de regalos piense que el precio del capricho puede llegar a superar los 7.000 euros.
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