Escrito por pablomm
Agárrense, que más que nunca arrancamos rápido. A falta de proyectos espaciales y regresos a la luna, la NASA se apunta a trabajos más terrenales y ahora pretende ponernos en la otra punta del mundo en tan solo un par de horas.
La Agencia Espacial Norteamericana ha dado a conocer su intención de fabricar un jet supersónico capaz de volar por encima de la atmósfera hasta 5 veces la velocidad del sonido. De llegar a prosperar, se acabaron las 7 horas a Nueva York, las casi 10 a Brasil, o las 21 horas que hoy se invierten en viajar desde Madrid a Sídney, ya que supondría reducir significativamente los tiempos de vuelo en todo el mundo. Eso sí, que nadie se engañe, solo para los que puedan permitírselo. El resto seguirá mirando el AVE desde su obrero pero muy digno asiento de cercanías.
Aunque del precio nunca se sabe, a juzgar por la inversión debería ser barato. Desde la marca NASA Aeronautics 2010, la Agencia Espacial prevee gastar 5 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años en la fabricación del jet supersónico y aunque, lejos de ser yo ingeniero aeronáutico, a ojo de buen cubero diría que la cantidad no llega ni para la fabricación de un ala. Pero cono soy periodista y mi sueldo así lo corrobora, vamos a concederle el beneficio de la duda a los que sí han estudiado una carrera seria y ahora trabajan confeccionando presupuestos para la NASA.
En un principio el proyecto estaba destinado a la construcción de una aeronave capaz de viajar a Marte, pero como ya ha sucedido con anterioridad en la historia de la NASA, su uso tendrá un enorme impacto en la sociedad civil.
A algunos, entre los cuales me incluyo, esto de reducir los tiempos de vuelo les crea desconfianza y es que ya se sabe que más vale tarde que nunca. El precedente más significativo no ayuda a tranquilizar a los escépticos, que aumentaron por miles el 25 de julio del año 2000. Ese día, un avión supersónico capaz de volar hasta a 2 veces la velocidad del sonido, explotaba durante el despegue en el aeropuerto de París con 113 pasajeros en su interior, poniendo un trágico punto y final a la corta historia del Concorde.
De todas formas, si por la tragedia fuera, los pies continuarían siendo hoy el único medio de transporte conocido, y además, la NASA puede presumir de fiabilidad. En octubre pasado un bombardero B-52 soltó sobre la atmósfera terrestre al Waverider X 51-A, una aeronave que fue capaz de volar durante 200 segundos a 5 veces la velocidad del sonido, sin incidentes. No da para cruzar el atlántico, pero los principios siempre son difíciles, y al menos en este caso, esperanzadores.
El ensayo ha servido para que los ingenieros investiguen la entrada, el descenso y el aterrizaje de los vehículos de gran masa en la atmósfera planetaria, además del uso de nuevos materiales y estructuras. La idea de la NASA es la de financiar más de una decena de proyectos diferentes cuyos resultados serán aplicados en la fabricación de la aeronave que, advierten, revolucionará la industria aeronáutica en los próximos años. Si lograron poner un hombre en la luna y Stanley Kubrick no está vivo para decir lo contrario… yo, por si acaso, me voy abrochando el cinturón.
Cortesía de Youtube
Tags: Nasa
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