El apetito insaciable por el aluminio

Por James Melik y Andrei Kouzmenkov de BBC

Rallador de aluminio

Una tonelada de aluminio genera 13 toneladas de deshechos... reciclables.

El mundo tiene un apetito insaciable por el aluminio. Pero producir un tonelada de aluminio genera 13 toneladas de basura, compuesta por rocas y sedimentos tóxicos.

La producción de aluminio es la que más consume energía comparada con otros materiales considerando el peso y es, al mismo tiempo, el producto manufacturado que consume mayor cantidad de electricidad.

Sin embargo, el reciclaje de aluminio apenas usa un quinto del total de la energía requerida para su producción original.

Millones de toneladas de deshechos tóxicos están acumulados en distintas partes del mundo, aumentando la posibilidad de desastres ecológicos como el que hace poco ocurrió en Hungría.

"Más allá de los temas ambientales, también está el costo en vidas humanas, como lo muestra lo ocurrido en la planta de Ajka", dice Julian Kirby, representante de la organización Amigos de la Tierra.

Lea: clic Desastre en Hungría: ¿podría ocurrir en América Latina?

Material ideal

“El buen precio del aluminio y las desigualdades del país hacen que mucha gente pobre se dedique a recolectar latas para el reciclaje”

                                                Henio de Nicola, Asociación Brasileña de Aluminio

El aluminio se utiliza en la industria del transporte, la construcción, la ingeniería y el empacado.

Dos tercios de su consumo anual proviene de la producción original del mismo y un tercio del proceso de reciclaje.

La alta demanda por este material ha hecho que China doble la producción, de seis millones de toneladas en 2006 a más de 13 millones en 2009.

La fundición del metal ocurre principalmente en Australia, Brasil, Canadá, Noruega, Rusia y Estados Unidos.

Y como el fundido requiere muchísima energía, regiones con exceso de gas natural como los Emiratos Árabes Unidos, se están convirtiendo en centros de refinación del aluminio.

Más liviano y más económico

Automóvil

Los automóviles con aluminio son más livianos y producen menos contaminación atmosférica.

En una sociedad que se preocupa por el consumo energético, el aluminio es el material preferido para los componentes de la industria del transporte, especialmente cuando la reducción del peso y del consumo de combustible se ha convertido en un factor crucial.

Los productores de aviones han utilizado el aluminio durante muchos años. Este metal representa el 80% del peso del transporte de carga aéreo descargado.

Este enfoque se está utilizando cada vez más en la producción de motores de vehículos.

Modelos como el Jaguar XJ y el Audi 8 están hechos -en su mayor parte- de aluminio.

Mientras que la mayoría de los vehículos funcionan con diesel o petróleo, los autos de aluminio están diseñados para funcionar mejor con "gas licuado de petróleo" -LPG por sus sigla en inglés- y cada vez más con energía eléctrica o a partir del hidrógeno.

Una lata por persona al día

Escultura hecha con latas de bebida.

El aluminio es 100% reciclable sin que se pierdan sus cualidades originales.

Lo más común es que la gente vea el aluminio en los envases, especialmente en las latas de cerveza y bebidas.

Los productores de latas en Estados Unidos generan 100 mil millones de unidades al año, equivalente a una lata al día por persona.

El aluminio es 100% reciclable sin que se pierdan sus cualidades naturales y la recuperación del metal se ha convertido en un proceso importante de la industria.

El reciclaje implica el fundido de la chatarra, un proceso que requiere sólo el 5% de la energía utilizada para producir aluminio a partir del mineral.

El reciclaje solía ser una actividad de bajo perfil hasta la década de los '60, cuando el creciente uso de aluminio en las latas de bebida, provocó una preocupación al respecto.

Brasil recicla el 97%

En Europa, el reciclaje de aluminio va desde un 42% en las latas, 85% en los materiales de construcción y 95% en los vehículos de transporte.

El país que lidera el reciclaje de aluminio es Brasil, donde la tasa llega al 97%, seguido de cerca por Japón.

Hay distintas razones para explicar por qué esos países llegan a niveles tan altos.

En el caso de Japón el proceso se hizo obligatorio por ley.

En Brasil, sin embargo, son las desigualdades sociales y económicas las que impulsan esta actividad.

El aluminio de la pobreza

Según Henio de Nicola, de la Asociación Brasileña de Aluminio, hay cerca de un millón de personas recolectando deshechos para vender y cerca de un cuarto de ellos trabaja con aluminio.

"La producción de latas comenzó en Brasil en la década de los '80 y por eso cuando se crearon las industria se establecieron al mismo tiempo los mecanismos de reciclaje", dijo.

"Por otro lado, las latas son rentables y tienen un montón de aluminio. Por eso las latas son un muy buen producto para comercializar".

Parte de la población en Brasil usa la recolección de latas de aluminio para complementar sus ingresos o para vivir completamente de esta actividad.

"El buen precio del aluminio y las desigualdades del país hacen que mucha gente pobre se dedique a recolectar latas para el reciclaje".

Reciclar es buen negocio

El negocio del reciclaje de latas en Brasil es de unos US$830 millones y cada recolector gana en promedio US$1.200 al año.

Eso hace que la actividad genere grandes beneficios económicos para el país.

Como cada kilo de de aluminio reciclado requiere 19 veces menos energía que el proceso de producción original, Brasil ahorra suficiente energía como para abastecer una ciudad de un millón de habitantes por todo un año.

Se estima que la contaminación generada por la producción de aluminio en Brasil es un tercio del promedio mundial, haciéndolo 10 veces más eficiente en términos energéticos que China.

Origen: http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2010/11/101118_economia_aluminio.shtml

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