¿Necesitas descansar del estudio para despejarte? Quizá no, dicen los investigadores

Escrito por Ángela Hermán en Psicología, tags: 
DescansoPuede ocurrirle a los que estudian para los exámenes, a las personas que trabajan durante muchas horas o simplemente a alguien que intenta abarcar demasiado: algo te dice que te tienes que tomar un descanso. Ver la televisión. Tomar una chocolatina. Holgazanear, dejar de prestar atención por un momento y volver a la tarea cuando te sientas mejor. Después de todo, estás físicamente exhausto.
Pero un nuevo estudio de psicólogos de Stanford sugiere que la necesidad de un descanso (o sólo procrastinar) está – bueno – todo en tu cabeza.

En un trabajo publicado esta semana en Psychological Science, los investigadores desafían la teoría mantenida durante mucho tiempo de que la fuerza de voluntad – definida como la capacidad de resistir la tentación y estar concentrado en tareas exigentes – es un recurso limitado. Los científicos argumentan que cuando la fuerza de voluntad se agota, el único camino para restablecerla es recargando nuestros cuerpos con un descanso, comer o alguna otra distracción que te lleve fuera de lo que sea que te está quemando.
No es así, dice el equipo de Stanford. En lugar de esto, han hallado que la mente de una persona y sus creencias personales sobre la fuerza de voluntad determinan la calidad y cuánto tiempo le será posible trabajar en un ejercicio mental difícil.
“Si piensas en la fuerza de voluntad como algo que está biológicamente limitado, eres más propenso a estar cansado cuando trabajas es una tarea difícil”, dice Veronika Job, la autora principal del trabajo. “Pero si piensas en la fuerza de voluntad como algo que no se agota fácilmente, puedes continuar y continuar”.
Job, que dirigió esta investigación de Stanford y está ahora cursando el postdoctorado en la Universidad de Zurich, es coautora del trabajo junto con la Profesora de psicología de Stanford Carol Dweck y su Profesor Ayudante Greg Walton.
Los investigadores diseñaron una serie de cuatro experimentos y pruebas para manipular las creencias de los estudiantes de Stanford sobre la fuerza de voluntad. Tras una tarea agotadora, los que creían o les habían hecho creer que la fuerza de voluntad era un recurso limitado hicieron peor las pruebas estándar de concentración que los que pensaban en la fuerza de voluntad como algo sobre lo que ellos tenían más control.
También encontraron que llegando a la semana de exámenes finales, los estudiantes que creían en la teoría del recurso limitado comían un 24 por ciento más de comida basura que los que creían tener mayor control para resistir la tentación. Los que creían que era un recurso limitado también procrastinaban un 35 por cierto más que el otro grupo.
“La teoría de que la fuerza de voluntad es un recurso limitado es interesante, pero ha tenido consecuencias imprevistas”, dice Dweck. “A los estudiantes que han tenido problemas en los estudios se les ha dicho que su poder de concentración era limitado y que necesitaban tomar descansos frecuentes. Pero la creencia de que la fuerza de voluntad es un recurso ilimitado hace a las personas más fuertes para atravesar las dificultades”.
Los investigadores de Stanford dicen que sus hallazgos podrían ayudar a las personas a luchar contra la tentación o la distracción: los diabéticos que tienen que seguir una dieta estricta, personas que intentan superar una adicción, empleados con fechas límite cortas.
“Éste es un ejemplo de un contexto donde las teorías sobre las personas dirigen los resultados”, dice Walton. “La fuerza de voluntad no la lleva a cabo un proceso biológico tal como se ha estado pensando. La creencia en esto influye en su comportamiento”.


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