
La Energía Eólica tiene su origen en el Sol: La radiación solar calienta de forma irregular las diversas partes de la superficie terrestre, el aire sobre esta se calienta y asciende. El desigual calentamiento del aire da origen a las diferencias de presión, que hace que el aire tienda a desplazarse desde las zonas de alta presión a las de baja presión. Este movimiento de las masas de aire es lo que llamamos viento.

En el siglo XI los molinos de viento se usaban en todo Oriente Medio, con su introducción en Europa en el siglo XIII (por los mismos árabes o los cruzados), donde se desarollarían los molinos de viento de ejes horizontales en el norte de este continente. El primer molino de viento hallado en Europa data de 1185, en Yorkshire, Inglaterra, y otro de 1197 en los Paises Bajos.
Ya en la primera mitad del siglo XX eran populares los rotores eólicos en casas aisladas de zonas rurales. En la década de los 90, cuando se buscaban alternativas al modelo energético convencional, la energía eólica comenzó a cobrar mayor importancia por sus ventajas medioambientales.
La Energía Eólica no produce emisiones contaminantes en el medio ambiente, ni destruye los recursos naturales, y de todas las energías renovables es sin duda la más limpia. Los expertos señalan que es una tecnología consolidada, y que será la fuente energética que más se desarrollará en los próximos años.
Los aerogeneradores, también denominados generadores eólicos, turbinas eólicas o turbinas de viento, transforman la Energía Eólica (energía cinética del aire en movimiento) en energía eléctrica.
Un aerogenerador consiste en un dispositivo provisto de unas palas que transforman la energía cinética del viento en energía mecánica moviendo un rotor hélice, este a su vez hace girar el rotor de un generador (una dinamo) que convierte la energía mecánica rotacional en energía eléctrica.
La electricidad puede almacenarse en baterías o ser vertida directamente a la red.
Los aerogeneradores, en general, están preparados para funcionar de forma óptima cuando el viento sopla dentro de un rango determinado de velocidades. A la velocidad mínima que se requiere para funcionar (3metros por segundo) se le llama velocidad de cut-in (de conexión); y la velocidad máxima (24 m/s), que no debe superarse pues podría romper el mecanismo, se llama velocidad de cut-out (de desconexión).
Existen diferentes modelos de aerogeneradores que pueden clasificarse atendiendo a diferentes criterios:
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